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Energias del Mundo | 2011-06-16

Renovables, la gran jugada alemana
El país germano es líder mundial en las denominadas energías renovables. El sector lleva cerca de 20 años de desarrollo a partir de las primeras reglamentaciones tendientes a impulsar su crecimiento, a principios de los años '90. Sin embargo, fue en la primera década del siglo XXI cuando la industria adquirió mayores dimensiones y consolidó el rumbo actual. A su vez, las metas y desafíos a futuro son tal vez la parte más interesante de la historia: los escenarios actuales muestran que dentro de diez años las energías renovables representarán un tercio de la oferta eléctrica en el país, y en 2030 llegará al 50%.

En 2010, la generación a través de las renovables representó un 17% de la oferta eléctrica. En total, cubrieron aproximadamente un 11% del consumo energético primario, incluyendo la energía eléctrica, el transporte y la calefacción. Se estima que las inversiones en instalaciones -molinos de viento, paneles solares, plantas de bioenergía, entre otros- alcanzaron 26.000 millones de euros, (un 25% más que en 2009). Los números de 2010 confirman una senda en ascenso para un sector que está en camino a subir la apuesta: las renovables generarán al menos un tercio de las necesidades de la electricidad en 2020 y se prevé que en 2050 abastezcan un 50% de la demanda total de energía primaria.
En términos generales, la estrategia alemana consiste en reemplazar la energía fósil -importada- y la nuclear -con fuerte oposición de la opinión pública-, con energías renovables. Y hacerlo con generación de empleo y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Estas políticas le están permitiendo a Alemania reducir gradualmente su alta tasa de importación energética, que en 2008 representó un 61% del total. A su vez, ubica al país a la vanguardia de las metas climáticas europeas. En 1990, las emisiones alemanas alcanzaron los 948 millones de toneladas de CO2; en 2009 habían caído a 774 millones de toneladas. Y el Gobierno alemán ha propuesto reducir un 40% de sus emisiones de CO2 para el año 2020, si la Unión Europea (UE) determina una reducción de un 30% y otros países desarrollados asumen compromisos similares. Es decir, un paso más allá de los compromisos vinculantes actuales en Europa.

El potencial de los vientos marinos

Uno de los pilares para alcanzar estos ambiciosos objetivos es el desarrollo eólico off-shore. En el mar las condiciones de viento son más elevadas y más constantes que en tierra firme, por lo que el rendimiento es hasta un 40% mayor. Así, Alemania cuenta con un potencial de 25.000 MW de capacidad y se espera que los vientos marinos cubran un 15% de la demanda eléctrica en 2030. El primer peldaño en esta área fue la instalación de Alpha Ventus, un parque eólico en aguas de unos 30 metros de profundidad. Se trató del primero en su tipo en incluir 12 molinos que producen entre 5 y 6 MW conectados al sistema eléctrico. El aprovechamiento de esta fuente depende en gran medida de la ampliación de las redes eléctricas y las mejoras en el uso de las mismas; por ejemplo, mediante el control en la temperatura. Así, las denominadas redes inteligentes ocuparán un lugar central en el suministro energético futuro de Alemania. Con poco territorio disponible para la expansión eólica en tierra, existe un gran potencial de reemplazo de plantas de bajo rendimiento por equipos y tecnologías de mayor potencia. El Repowering se presenta como una alternativa para aumentar una capacidad instalada que supera los 25.000 MW y en 2010 cubrió un 6% de la producción eléctrica. Permitiría reducir en el mediano y largo plazo el número actual de turbinas existentes e incrementar sustancialmente el rendimiento energético. Asimismo, se crea un potencial mercado de equipos usados a ser utilizados, por ejemplo, en los sistemas autónomos.

El marco legal, la piedra basal

Al competir con fuentes fósiles menos costosas desde un punto de vista meramente económico, el desarrollo y expansión de las energías renovables requiere políticas de estimulación. En Alemania la Ley de Energías Renovables ofrece a los productores de energía eléctrica que adoptan las fuentes limpias una tarifa fija de suministro durante 20 años, así como ayuda económica y subvenciones para su correcta planificación. El programa de estimulación (MAP) ofrece herramientas de financiamiento desde el gobierno central para pequeños y grandes inversores. El descenso continuado de las tarifas fomenta la innovación tecnológica y la utilización de nuevos sistemas. El éxito de estas políticas ha llevado a que más de 40 países implementen legislaciones similares.

Industria "for export"

En 2008 la industria de las energías renovables produjo en Alemania cerca de 29.000 millones de euros, con un total de 280.000 personas empleadas. El sector de las renovables que más empleos generó fue la bioenergía (95.800 empleados), seguida por la industria eólica (85.100) y la energía solar (74.400). La hidráulica ocupa el cuarto lugar (9.300); le sigue la geotermia (4.500) y los empleados gracias a fondos públicos (4.300). Estos números crecen año a año: datos preliminares estiman que en 2010 la cifra total de empleos había trepado a 370.000 personas; es decir, casi 90.000 empleos más que en 2008 y más del doble que hace 6 años (160.500 en 2004). Asimismo, en 2008, los fabricantes y proveedores alemanes generaron el 82% de sus ventas a través de las exportaciones, por lo que los mercados internacionales son fundamentales para el dinamismo de esta industria a futuro. Compiten con otros importantes productores, entre ellos, China, a partir de la fuerte arremetida de los fabricantes de ese país en los últimos años en el sector eólico y fotovoltaico.

Energía solar, crecimiento y perspectivas

A fines de 2010 había instalados en Alemania 17.200 MW (no es un error de tipeo), en un país que tiene en promedio 2,5 veces menos radiación que la Argentina. Según datos aportados por la Cámara de Industria y Comercio Argentino Alemana, unos 860.000 instalaciones produjeron el año pasado 12.000 GWh, es decir, un 2% del consumo eléctrico total en el país con un ahorro calculado en emisiones de CO2 de 6,4 millones de toneladas anuales. El sector funciona sin subsidios por parte del gobierno y aportó a las arcas estatales en concepto de impuestos 1.500 millones de euros en 2010. Se desempeñan en el sector, entre fabricantes de equipos y componentes, instaladores, empresas de mantenimiento e inversores aproximadamente 10.200 firmas.
La energía solar térmica ocupa un rol cada vez más importante en el sector energético alemán: existen instalados en la actualidad 14 millones de metros cuadrados; en otras palabras, aproximadamente un millón y medio de familias calientan el agua que utilizan con energía solar térmica. Estos sistemas hogareños están diseñados para cubrir un 100% del agua caliente en verano y entre un 50 y un 70% de la demanda anual.
Asimismo, las tecnologías en de-sarrollo de sistemas de refrigeración solar van camino a convertirse en un aporte importante en un país donde los edificios son responsables de un 40% total de energía consumida y los aparatos de aire acondicionado representan un 15% de la demanda eléctrica.

El aprovechamiento de la bioenergía

La importancia de la bioenergía en Alemania se observa en los números: En 2008, suministró un 5,3% de la energía primaria, un porcentaje equivalente al 74% de la energía generada a partir de fuentes renovables. Por lejos, la fuente más importante de bioenergía en Alemania es la madera. Aproximadamente un cuarto de la producción de madera se utiliza para producir energía y existen reservas para expandir su uso en la generación eléctrica a partir de biomasa. En materia de biocombustibles, Alemania es líder mundial en biodiesel con 2,5 millones de toneladas de producción (2009). Con 5,9%, la cuota de mezcla en los combustibles supera la meta europea de 5,75% para el año 2010.
Por su parte, el biogás viene ganado terreno a partir de la variedad de fuentes aprovechables para su obtención. Esta fuente energética genera en Alemania 6.425 GWh (equivale, por ejemplo, a un 88% del consumo eléctrico total de Uruguay en 2009). Asimismo, la transformación de biogás en biometano de gran calidad permite abastecer directamente a la red de gas natural; así, el objetivo del gobierno alemán es cubrir con biogás el 6% el consumo de gas de uso final en 2020. Hasta la fecha, existen 25 plantas de biogás que alimentan la red de gas natural y se están planificando o en construcción aproximadamente otras 15 para 2011. En total, producirán 214 millones de metros cúbicos al año.
Aunque en menor escala, la hidroelectricidad y la geotermia también tienen su lugar en los planes de desarrollo. La capacidad total hidroeléctrica en Alemania alcanza unos 4.720 MW (un 3,4% de la generación eléctrica total y un 23% de las fuentes renovables). A fines de 2006, unas 7.300 pequeñas centrales hidroeléctricas (menos de 1 MW) funcionaban en Alemania generando entre un 8% y un 10% del total de la hidroelectricidad. El potencial de desarrollo hidroeléctrico en Alemania pasa principalmente por la modernización de sus grandes plantas y actuales estructuras.

Fuentes: Energías Renovables "Made in Germany" (Agencia Alemana de Energía) - Ministerio Federal de Medio Ambiente (Alemania).


Energía eólica marina, el desafío que viene


En diálogo con Tecnoil, Harmut Grewe, Senior Proyect Manager de la consultora Energiewächter GmbH, se refiere a las claves del desarrollo de las energías renovables en Alemania y su proyección futura.

¿Cómo describiría usted el proceso de crecimiento de las energías renovables en Alemania?
Es un camino que está en marcha desde hace dos décadas, con la primera ley para el acceso a la red de los generadores privados de electricidad con ayuda de las energías renovables. Pero el verdadero empuje se dio en el año 2000, con la diferenciación de las tarifas para fomentar los distintos tipos de energía: fotovoltaica, eólica, biomasa, biogás o geotermia. Se trata de un sistema que está financiado por los usuarios y se han obtenido muy buenos resultados: mientras que a comienzo de 2000 un 6% de electricidad provenía de fuentes renovables, hoy en día representa un 17%. Es decir, se duplicó y va a volver a hacerlo en la próxima década.

¿Hay alguna de estas fuentes que tenga mayor proyección de crecimiento?
La gran masa es eólica, particularmente de la zona offshore, aunque existen todavía desafíos a resolver en materia de regulación y hay que rediseñar a su vez la tecnología, ya que son áreas de casi 40 metros de profundidad. Las turbinas para esa zona tienen una altitud de casi 180 metros y una capacidad instalada de 5 y hasta 6 MW por unidad. El único parque existente en la actualidad -ubicado a 60 kilómetros de la costa- tiene 12 turbinas instaladas.

¿Este parque instalado todavía no es comercial?
Tiene el apoyo de los grandes consorcios de electricidad y está en parte financiado por el Estado, que se hizo cargo de un tercio de los gastos. El objetivo es verificar que la tecnología funcione bajo esas condiciones.

¿Cuál es la diferencia entre el proyecto alemán y los parques marinos instalados en países vecinos?
En el caso de Dinamarca, los Países Bajos o el Reino Unido, se trata de trata de profundidades menores -entre 10 y 15 metros-; las condiciones son más favorables y los molinos más pequeños, con capacidades de 1 a 2 MW.

¿En qué medida la decisión de Alemania de avanzar hacia el desarrollo de las renovables estuvo ligada a la dependencia de la importación de energía fósil?
Ese fue uno de los motivos centrales: reducir la dependencia del gas proveniente de Rusia y Noruega, que es muy costoso. También existe la dependencia de las importaciones de petróleo, y en este caso es muy difícil sustituirlo, en parte por la competencia con los alimentos para el uso de energía.

¿Y la opción de la electricidad en el transporte automotor?
Si bien en el futuro el transporte va a ser eléctrico, todavía estamos en los inicios. Las pilas de energía son aún muy costosas y pesadas y la circulación de estos vehículos está limitada a más o menos 100 kilómetros, es decir, dentro del radio urbano.

Vemos que la industria de las energías renovables es muy dinámica en Alemania. ¿Cuál es su visión de Latinoamérica como potencial mercado?
Es cierto que esta industria es muy dinámica y hay muchas oportunidades; aun así, existe una gran competencia. Un ejemplo se da en el área fotovoltaica: originalmente la intención del gobierno de Alemania fue fomentar progresivamente al sector porque veía una oportunidad para ser líder en ese campo. Pero los chinos lograron comprar y adaptar esa tecnología y actualmente están a la cima de la competencia internacional; inclusive ofrecen sus productos en el mercado alemán, que es el más grande del mundo. Lo mismo están intentando hacer en el área eólica.

¿Qué está sucediendo en Alemania con la eficiencia energética?
En ese campo Alemania es uno de los líderes tecnológicos del mundo. Un ejemplo es el desarrollo de componentes para motores eléctricos. Hay muchas empresas que están en proceso de sustituir sus viejos equipos por nuevos motores que permiten una tasa de ahorro de energía que va del 30 al 40%. En el área de la construcción, se realizó recientemente una exposición -"La casa alemana"- en todas las capitales de Latinoamérica: una edificación residencial que genera toda la energía que necesita.

¿Ese tipo de tecnología se está utilizando en los hogares alemanes?
Existen incentivos financieros para fomentarla, aunque por ahora solamente es para un pequeño segmento, por los altos costos. Más importante en la actualidad es la remodelación de los inmuebles existentes, que requiere de la voluntad de los propietarios de invertir hoy para ahorrar gastos derivados del consumo energético en el mediano y largo plazo. La precondición para que esto funcione, es que los costos de la energía se reflejen en los precios del mercado.

¿Por dónde pasan los desafíos de Alemania en el sector de las renovables de aquí en adelante?
Para llegar al 40% y aún más en las próximas décadas hay necesidad de construir nuevas redes centrales para el transporte, especialmente en el caso de la energía eólica offshore, porque los consumidores viven a 500 o 600 kilómetros al sur del lugar de producción. Y hoy existe mucha presión de los ciudadanos que están en contra de la construcción de esta infraestructura.

¿Es un tema que está en debate?
Está avanzando. El obstáculo más importante pasa por los permisos de construcción de esas redes, que pueden llegar a demorar 10 y hasta 12 años y eso es inaceptable. Si se logran acortar los períodos de decisión a 4 o 5 años se agilizaría mucho el proceso.

¿Por qué en la Argentina ha costado todavía avanzar en el campo de las energías limpias?
Creo que el obstáculo más profundo es la práctica de subvencionar la electricidad para los consumidores. Sin mercado libre, que refleje el balance de oferta y demanda, no se producen precios que induzcan inversiones. A su vez, se necesita un "empuje" político que genere incentivos. Pienso que para la Argentina podría ser interesante mirar a sus vecinos -Uruguay y Chile- en donde ya hay un progreso en el fomento de las energías renovables.
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